Hoy quizás traigo un post que para mí es el más especial que he escrito hasta ahora. Tenía 3 años cuando mi madre me sentó en su cama para explicarme su enfermedad de la manera más bonita del mundo. Junto a ello, me dejó estas 7 hermosas lecciones de vida. Además, lo recuerdo como si fuese ayer. En ese momento no entendía la magnitud. Ni siquiera el significado completo de todo lo que me decía. Pero lo hizo de una manera tan especial que se quedó grabado a fuego en mi alma.
Por lo tanto, permíteme que hoy honre su ser. Ella sigue viva. Y hoy sigue siendo ejemplo. Esto conformó mucho de lo que hoy soy y de cómo veo la vida.
Primera lección
Enamórate de todo: del sol, de una sonrisa de un niño pequeño, de una planta. Enamórate de todo, enamorate de la vida cada día. Hay muchas cosas bonitas. No dejes de verlas.
Segunda lección
No hay casi nada en este mundo que merezca tus lágrimas. Asegúrate de que cuando llores sea por algo realmente importante.
Tercera lección
Ríe, y ríe mucho, que nada apague tu risa. Hay muchas cosas por las que reír.
Cuarta lección
Mamá siempre estará contigo, quizás cambie la forma y no me veas, pero seguirá estando contigo, en tu corazón. Acude a él.
Quinta lección
Ama muchísimo. Hazlo todo con cariño, con amor. Da igual lo que hagas, ofrece siempre lo mejor de ti.
Sexta lección
Nunca dejes de ser tú. Guíate por lo que te saca una sonrisa.
Séptima lección
Agradece por todo somos afortunados. Estamos vivos, Berta y ése es el mayor de los milagros.
Por ello, deseo con todo mi amor que estas 7 hermosas lecciones de vida sean de mucha ayuda para cada uno de vosotros y que lo guardéis con el mayor cariño y respeto del mundo. Ciertamente, forma parte de mi vida. Hoy, quise dejar aquí escrito, un pedacito de mí. Porque el mérito no es mío, es de Ella, mi madre. Mi mérito es haberlo puesto en práctica.
Con todo mi amor, disfrutadlo,
Berta Álvarez