Flechas Berta Álvarez

Temas

Jul 2, 2020

A todos nos han ayudado. A ti también.

Siento una profunda tristeza cuando escucho decir a las personas que “a ellas nadie les ha ayudado”. ¿Cuánto de cierto hay en esto?

 

Echa un vistazo por todo lo que te rodea

Observa todo lo material que tienes. Desde los objetos más grandes a los más pequeños. Desde lo que te hace muy feliz tener a aquellas cosas que están esperando a que un día lo dones o regales. En todo, siempre hubo alguien que lo hizo. Que dedicó horas a crearlo, a perfeccionarlo y a cuidarlo. También hubo alguien que fue a por ello y lo transportó. Y, cada una de estas personas invirtió tiempo (sí, del que no vuelve) para dar vida a algo que hoy tú disfrutas. Tiempo que invirtió en algo para ti. 

Quizás lo compraras, quizás te lo regalaran. No sé el motivo, tan sólo sé que eso que hoy posees, te hace la vida mejor, con más calidad o te saca más de una sonrisa

 

Por lo que sí te ayudaron

Cada vez que un utensilio, aparato o método mejora nuestra vida, nos ayuda. Que vivamos en una casa, nos ayuda. Que tengamos ropa, un sitio para descansar, nos ayuda. Invertimos en ocasiones dinero para disfrutar todo aquello,  sí. Pero detrás de lo que estemos pensando como ejemplo, hay muchas más horas dedicadas con un único fin: que nos hiciera la vida más cómoda, más fácil o nos ayudara en algo.

Por ejemplo, mientras fregaba una “cuchara de apartar”, lo pensaba. Cuánto tiempo invirtió quien la creó, pensando en el mejor material, en cómo unirlo, en cómo se debía mantener, en su uso. Tiempo de quién lo trajo a la tienda donde mi madre o abuela la compraron. Esta cuchara está en mi casa desde que yo era pequeña. Imaginaos qué gran material. Tiempo de quien pensó qué nos podía hacer falta y para qué. Tiempo de quien fue a por ella y la trajo a casa. Hoy la disfruto yo. Y hoy me es muy cómoda. Un ejemplo muy sencillo. Quizás pensareis que una cuchara no tiene mucha historia. Quizás, os digo yo, porque estamos más que acostumbrados a verlas y a utilizarlas. Pero no siempre fue así.

Deja que cada objeto que posees, te conecte con cada una de las personas que perdieron tiempo suyo para que tú y yo hoy tengamos una vida un poquito mejor.

 

Aplícalo a cada día

Y ve un paso más allá. Quizás soy muy osada si te digo que rara vez estamos solos. Pues sí, rara vez estamos solos, sin ayuda. Cada día alguien hace algo por nosotros, gestos a los que apenas damos importancia, por ejemplo, alguien que nos escucha. Por cada persona que empatiza con nosotros, nos recuerda la humanidad que vive en nosotros y que estamos hechos del mismo valor. Aquella persona que empatiza con nosotros nos recuerda que, junto a nosotros, siente lo que estamos relatando y, en ese momento, estamos acompañados y sí, insisto, nos están ayudando con ese estar presente. Busca más ejemplos, quizás alguien te abrió una puerta, alguien te sostuvo para no caerte, alguien te ayudó con un peso, trajo los alimentos para que tú pudieras llevarlos a casa. Hay muchos ejemplos,cada día, muchas personas cercanas y desconocidas, nos ayudan. Así que hoy agradece.