Desde que comencé a estudiar psicología, siempre me ha fascinado la comunicación y concretamente, la forma en que las personas se comunican entre sí y consigo mismas. Apuesto a que no te sorprende saber que, en muchas ocasiones, en ese autodiálogo o diálogo interno existe mucha autocrítica y se emiten juicios negativos acerca de uno mismo, ¿me equivoco?
Sin embargo, es necesario conocer (y recordar) que suelen ser etiquetas que, en a veces, hemos aprendido e interiorizado como nuestras porque en su momento, cuando se pronunciaron, creímos en esas personas, dándolas por ciertas sin cuestionar ni un ápice aquello que decían.
¿Te apetece practicar un ejercicio que puede ayudarte a cultivar un autodiálogo más amable y compasivo?
Poderoso y transformador. Y además es sencillo, útil y hermoso.
“La amabilidad es el lenguaje que el corazón
entiende sin que sea necesario que medien palabras” Mario Alonso Puig.
Ejercicio para un diálogo interno amable
Tómate un tiempo para ti. Como herramientas sólo necesitas papel y bolígrafo. Piensa en una situación que te preocupa, aquella en la que tiendes a hablarte con dureza, criticándote o juzgándote de manera negativa.
Ahora, imagina que en ese momento estás con una persona que te quiere mucho. Puede ser un amigo, un familiar o alguien cercano que siempre se preocupa por ti, por saber que te encuentras bien.
Pregúntate:
- ¿Cómo te trataría si te viera en esta situación?
- ¿Qué te diría acerca de esa situación que te está produciendo malestar?
- ¿Qué palabras de aliento te diría para ayudarte a gestionar este momento?
- ¿Cuáles de tus fortalezas y habilidades resaltaría para afrontar el desafío?
- Y teniendo en cuenta todo esto, ¿qué te haría saber de cómo puedes abordar esa situación que te preocupa?
- ¿Qué aspectos positivos de ti destacaría?
- ¿Qué consejos amables te daría?
- ¿Qué mensaje cariñoso te transmitiría?
Lo esencial de este ejercicio es:
- Contarse la verdad
- Ser honesto contigo mismo, conectar con tus emociones y con lo que sientes y piensas
- Validar lo que sientes sin juzgarlo ni esconderlo
- Reconocer tus fortalezas y logros, que también forman parte de ti
- Identificar los elogios que también están en ti
- Hablarte con el mismo cariño y compasión que ofrecerías a alguien a quien jamás amas
Además, te dejo un recurso de gratitud que puede ayudarte a enfocar tu mente en lo positivo y fortalecer este hábito de diálogo interno amable: https://bertaalvarez.com/recursos