Flechas Berta Álvarez

Temas

Sep 20, 2022

Me siento desmotivad@ en el trabajo. ¿Sufro de estrés laboral?

Si te pido que pienses en el estrés laboral probablemente lo asocies a prisas, a urgencias (en ocasiones mal entendidas) y a exceso de trabajo en el que las demandas que se piden y los recursos que se tienen para atenderlas ni están alineados ni son coherentes. Es decir, pensamos en un estrés por exceso de hacer actividades, por exceso de acción.

Sin embargo, entre las causas de estrés laboral, existe otra que es tan nociva como la anterior y que se sitúa en el polo contrario por el exceso de inactividad que produce. Y es la falta de motivaciones y el cansancio que produce esto en el desempeño laboral y/o desarrollo profesional. Y si rizamos más el rizo (te lo dice una chica curly), tampoco es lo mismo estrés que encontrarte en un entorno laboral perjudicial para tu bienestar.

Entonces, vayamos por partes, darling.

 

¿Qué es el estrés?

En 1926, Selye definió el Síndrome General de Adaptación, actualmente conocido como estrés, en el que se daban tres etapas:

1. Fase de reacción de alarma, donde el organismo se prepara para dar una respuesta adaptativa de lucha/huida ante una situación que percibe como amenazante.

2. Fase de resistencia, donde el organismo se mantiene sobre-activado por un tiempo limitado (el que dure la situación transitoria y temporal amenazante), y donde se van a dar cambios fisiológicos y psicológicos que le permitirán abordar la situación amenazante.

3. Fase de agotamiento, donde la respuesta del organismo pasa de ser adaptativa a nociva para el organismo por el desgaste de energía y recursos utilizados para hacer frente a la situación amenazante.

Queda claro, que el estrés, por tanto, es un factor de riesgo para sufrir enfermedades, aunque no la causa única para ello.

 

Estrés laboral

Dicho esto, el estrés laboral se dirá que es el estrés que se produce cuando la persona percibe la amenaza en el entorno del trabajo, ya sea en la propia empresa o relacionada con la gestión de su trabajo. Es decir, cuando se percibe que las demandas del trabajo exceden a las capacidades, los recursos, la energía invertida y las necesidades de la persona. Existe para la persona un desequilibrio entre lo que se le pide y lo que puede dar.

 

Desgaste profesional, “trabajos tóxicos” y desmotivación en el trabajo

El desgaste profesional, entonces, lo podemos apreciar en la pérdida lenta e importante del compromiso de la persona con la tarea a realizar y su implicación en la misma. Se produce por el estrés laboral. Los trabajos tóxicos” son aquellos en los que se invade, vulnera y no se respetan los derechos tanto personales como laborales de la persona, sintiéndose indefensa porque teme que si los defiende puede peligrar su empleo.

Puede ser formalmente, saltándose, por ejemplo, algún punto del convenio o más informales como por ejemplo que cada vez que quieres decir algo, se te ignore, calle, grite o humille con comentarios hirientes. Podrás imaginar el daño, no sólo en lo laboral (tanto en la autoestima laboral como en la forma de relacionarnos con los demás y con la tarea a realizar, por ejemplo), sino en lo personal (autoestima, por ejemplo). Esto puede provocar y puede producir síntomas propios de estrés como la irritabilidad, cansancio, falta de concentración, etc.

La desmotivación en el trabajo, aunque puede ser debida por ese desgaste profesional, no es su única causa. Me explico. No todo es por el trabajo. En la vida de las personas ocurren diariamente muchas cosas. En muchas ocasiones la desmotivación es una consecuencia de algo que está pasando no relacionado con el trabajo pero que, inevitablemente, afectará.

Así, es importante atender a nuestro autoconocimiento, nuestra forma de entender y manejar de una manera adecuada nuestras emociones, aprender a relacionarnos con nosotros mismos y con los otros, manejar situaciones conflictivas, nuestras inseguridades y miedos, reducir altibajos, aprender nuevas habilidades… Todo un compendio de habilidades personales e interpersonales, sociales y empresariales para no dejar que las situaciones nos dominen a nosotros, sino que nosotros nos hagamos responsables de nuestro estado de ánimo y bienestar, independientemente de la situación que atravesemos.

Quizás te resulte difícil de creer pero a veces el desánimo en el trabajo aparece tras un periodo intenso de éxito en el mismo, por ejemplo, o por estar atravesando una experiencia personal vital difícil y exhausta. Todo esto te cansa a nivel físico y emocional. También lo de sufrir por todo. Al final, cuando dejas en manos de factores externos tu bienestar personal, se puede llegar a sentir a la larga desánimo, ansiedad, frustración y pérdida de control.

En cambio, cuando tu bienestar emocional depende de ti, de lo que haces, de cómo lo haces, de cómo lo sientes, de cómo lo manejas y de cómo lo interpretas tanto en relación a ti como a los otros, existe un equilibrio que te permite abordar con éxito los retos y desafíos diarios laborales y conciliarlos con los retos y desafíos que se den en tu vida personal.

 

¿Se pueden confundir entre ellos?

Oh darling, claro que se pueden confundir. Para diferenciarlos, unos truquis:

  • Estrés puntual de trabajo tóxico. A ver, en los trabajos pueden existir momentos de estrés puntual. Creo que casi todo el mundo lo ha vivido alguna vez en su vida. Como hemos visto más arriba, el estrés es una respuesta adaptativa, ni más ni menos, ni buena ni mala. Cuando el trabajo es tóxico, ya es otro cantar, y se aprecia por algunos signos como estos: entornos rígidos, donde no se tiene en cuenta ni el bienestar ni el desarrollo del empleado y suelen coincidir condiciones laborales precarias.
  • Desgaste profesional de trabajo tóxico. Aquí es un poco más complicado porque el trabajo tóxico también puede conllevar desgaste profesional. Sin embargo, aquí la pregunta que formularía es: ¿Cuánto es mío y cuánto es del entorno laboral? Valora la rotación laboral, cómo se sienten el resto de los empleados, cuánto de lo que siento se ajusta a lo que es real y no sólo una percepción y si puedo hacer algo para mejorarlo.
  • Desmotivación en el trabajo de desgaste profesional y de trabajo tóxico. Como el punto 2.

 

¿Y qué puedo hacer frente al estrés laboral?

Te propongo ejemplos de acciones que puedes hacer:

  • Lo primero: Identificar si se está en un trabajo tóxico o no.
  • Opción trabajo tóxico: salir de él puede ser una buena o la solución.
  • Opción no trabajo tóxico: hacer ajustes dentro del puesto, como hablar con superiores para rediseñar tareas o procesos o pedir formación en alguna competencia.
  • Tanto si es estrés puntual como prolongado: acudir a terapia psicológica para autoconocernos, aprender habilidades intra e interpersonales y/o sociales, aprender habilidades de gestión emocional, control ansiedad, de relajación, de Mindfullness, aprender a cuidarnos…
  • Acudir a un career coach o coach de carrera profesional para trabajar ámbito profesional.

(*Nota: existen psicólogos con formación en coaching. Un coach no sustituye a un psicólogo).

Recuerda que desde la calma y con recursos, podrás decidir cuándo dejar un trabajo o qué límites poner.

 

Referencias bibliográficas:

  • Barra, E. (2004). Apoyo social, estrés y salud. Psicología y Salud, 14(2) 237-243.
  • Cortés,P., Bedolla, M. y Pecina, E.M. (2020). El estrés laboral y sus dimensiones a nivel individual y organizacional. Rilco: Revista de Investigación Latinoamericana en Competitividad Organizacional, 7. En línea: https://www.eumed.net/rev/rilco/07/estres-laboral.html
  • De Rivas, S. y Rodríguez, R. (2011). Los procesos de estrés laboral y desgaste profesional (burnout): diferenciación, actualización y líneas de intervención. Medicina y Seguridad del Trabajo, 57 (1), 72-88.
Ir al contenido